40 años de la muestra de prensa mundial

TerraChaXa
Colaboración de Moncho Paz
prensa-espanola
5 Sep 2025

Comenzaba el verano de 1985 y el sol golpeaba con fuerza en la Plaza Mayor de Lugo. En las terrazas del cantón, Xosé apuraba un café con hielo, pues debía continuar su viaje hacia Vilalba. Allí lo esperaban tres chicos inquietos por examinar con emoción el contenido de las cajas que transportaba en el maletero de su carro. Eran los tiempos de «Live Aid», el mayor concierto de la historia, que sonaba a todas horas en las radios del mundo.

Xosé Sánchez Domínguez residía en A Coruña, donde ejercía como director de relaciones externas de Grandes Almacenes Barros, empresa propiedad de una conocida familia de Sada afincada en la ciudad herculina. Al margen de su actividad profesional, Xosé cultivaba muchas aficiones. Entre ellas, coleccionar publicaciones de todo el planeta y de cualquier época; la más antigua que conservaba era de comienzos del siglo XX, un ejemplar de «La Voz de la Verdad», periódico de corte católico y antiliberal, editado precisamente en Lugo por la saga Sánchez Arrieta.

La visita de Xosé mantenía en venirlo a los tres chicos: quien escribe estas líneas, mi hermano Mario y nuestro amigo Paulo. Juntos habíamos tenido la original idea de lanzar un periódico por nuestra cuenta dos años atrás, que demos a conocer como «La Voz de Vilalba», seguramente por el paralelismo con la denominación de «La Voz de Galicia», porque uno de nuestros sueños de aquella era convertirnos en el futuro en redactores del diario de mayor difusión. No nuestro caso, alcanzamos una tirada de 500 ejemplares y más de 150 subscriptores.

Como mucha gente, Xosé Sánchez los conoció por casualidad, coincidiendo con una parada “de paso” en la Casa de los Marios, a medio camino en uno de los habituales trayectos que hacía desde Ferrol a A Coruña. Era una ocasión muy especial, dado que las cajas que portaba estaban llenas de periódicos y revistas, tanto del Estado español como del extranjero. Todos originales y con portadas históricas: la promulgación del Estatuto de Galicia en 1936 y el golpe de estado que provocó la Guerra Civil -con publicaciones de ambos bandos-, la segunda guerra mundial, el magnicidio de JFK, la revolución cubana y el posterior asesinato del Ché Guevara en Bolivia, la revuelta de París en el 68, la muerte de Franco, la aprobación de la Constitución de 1978 o la jornada del 23-F, eran algunas de las noticias más significativas que aparecían en sus páginas.

Aquellas publicaciones fueron recibidas por nosotros como un auténtico tesoro. Xosé los dejó un montón de cajas durante varios meses, tiempo suficiente para que los editores de «La Voz de Vilalba» habíamos organizado con éxito a «I Muestra de Prensa Mundial», que sería inaugurada oficialmente el 30 de agosto de 1985 por el entonces presidente de la Xunta de Galicia, Xerardo Fernández Albor, y por el alcalde de la capital de la Terra Chá, Xosé María García Leira, que asistieron al evento acompañados por Manuel Fraga Iribarne.

La iniciativa fue desparramada por numerosos periódicos y distintas emisoras de radio, en un verano en el que precisamente comenzaba la andadura de la Televisión de Galicia. Recuerdo que asistimos en directo a la primera emisión, en la tarde de 24 de julio de 1985, cuando pasábamos las horas jugando al fútbol en las instalaciones del Insua Bermúdez. Fue emocionante ver la primera carta de ajuste, que apareció en pantalla a las 18:30 horas. A nuestro carón, el maestro Xosé González Barcia (don Chema).

Siendo portavoz del proyecto de aquella muestra, fui entrevistado por históricos de las ondas, como Pepe Tuñas Bouzón (1921-1987) en Radio Nacional de España, Luis Rial (1942-2024) en la Radio Gallega, y el vilalbés Xulio Xiz (1947-presente) en Radio Popular de Lugo. Para mí fue una oportunidad extraordinaria, me conectó directamente con prestigiosos profesionales de los medios e hizo posible que había comenzado a colaborar semanalmente en «El Progreso», cuando me propusieron como correspondiente en Vilalba.

Estos hechos contribuyeron a consolidar mi vocación periodística y a encaminar todos mis esfuerzos para orientarme en el oficio. Mi objetivo estaba claro: ingresar en la Facultad de Ciencias de la Información en Madrid para licenciarme en periodismo.
Xosé Sánchez Domínguez falleció en A Coruña a comienzos de 2006, unos meses antes de que había salido a la calle a edición facsimilar de «La Voz de Vilalba», una iniciativa promovida por el Instituto de Estudios Chairegos y otras entidades. Fue un hombre polifacético, escribía con cierta frecuencia en «El Ideal Gallego» e incluso llegó a colaborar en las páginas de «La Voz de Vilalba» con un artículo (“Donación de sangre y solidaridad humano”, incluido en el número de enero de 1986). Mantuve correspondencia y contacto puntual con él hasta sus últimos días.

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