El cura de Momán y Labrada alerta del cierre masivo de bares en el rural y pide ayuda a las administraciones

TerraChaXa
“Los bares en la Galicia interior son un elemento clave en la vida social y comunitaria de los pueblos y aldeas", dice
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28 Jul 2025

En un estudio elaborado con motivo del Día de los Abuelos, el cura párroco de Momán y Labrada, Luis Ángel Rodríguez Patiño, lanza una llamada de atención sobre el abandono del rural por parte de las administraciones, centrando su foco en un símbolo esencial de la vida comunitaria: los bares. Según denuncia, la situación es especialmente preocupante en la Galicia interior, donde estos establecimientos no soy solo negocios, "sino verdaderos centros sociales que vertebran la convivencia en las aldeas y parroquias".

“Los bares en la Galicia interior son un elemento clave en la vida social y comunitaria de los pueblos y aldeas. Cumplen un papel fundamental como centros de reunión y comunicación para los vecinos”, señala el sacerdote.

No su informe, el párroco destaca varias funciones fundamentales que desempeñan los bares en el rural, ya que son centros sociales, puntos de encuentro para el vecindario donde socializar y compartir el día a día; actúan como espacios de comunicación informal, donde se transmiten noticias locales e información relevante; suelen acoger eventos y celebraciones, desde fiestas populares hasta reuniones familiares, y sirven como refugios cotidianos, donde tomar un café, compartir un momento o simplemente encontrarse con la comunidad.

En Momán, indica Patiño, había 23 bares y ahora solo queda un restaurante, ya que el asador Casablanca cerró hace dos semanas. “Cuando hay un entierro, la gente ni siquiera tiene donde tomar algo ni un café durante la semana”, lamenta.

Situaciones semejantes se repiten en otras parroquias del entorno como Xestoso —en las zonas de Val y Alto de Xestoso— donde solo queda un bar por parroquia, “y los propios propietarios dicen que no durarán mucho más, porque no les cobre y los matan a impuestos como si fueran negocios de la ciudad”.

Ante esta situación, el párroco lanza un claro llamamiento a las administraciones locales y provinciales para que se habiliten ayudas económicas directas para evitar el cierre de estos negocios. También demanda que se apliquen políticas fiscales diferenciadas, como reducción de impuestos para los bares rurales, y que se promueva el turismo interior, como forma de revitalizar la actividad económica y social en estas zonas.

Patiño concluye que, más allá de la rentabilidad comercial, los bares en el rural son infraestructura social. “El que se pierde con cada bar que cierra es un espacio de vida, de comunidad, de dignidad para quien resiste en las aldeas”, afirma.

Este estudio forma parte de un trabajo universitario realizado con motivo del Día de los Abuelos, poniendo el foco en el abandono institucional que sufre el rural y el impacto directo que esto tiene en la calidad de vida de las personas mayores.

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