Finaliza sin acuerdo el período de consultas del ERE de Einsa Print

Este jueves tuvo lugar a última reunión del período de consultas del nuevo ERE presentado por Einsa Print, toda vez que la empresa se negó a ampliar las negociaciones, a pesar de no haber entregado aparte social documentación relevante como las cuentas auditadas del año 2024. La reunión finalizó sin acuerdo, ya que el personal entiende que este ERE es un fraude y que no existen las causas sobrevenidas con las que la dirección pretende justificar el despido colectivo.
Ahora la empresa dispone de 15 días para comunicar se ejecutará el ERE, que finalmente afectaría a 99 personas.
La empresa, señala el secretario de la CIG-Industria de Ferrol, Vicente #Vidal, se cerró en su postura y ni siquiera fue posible avanzar un acuerdo de indemnizaciones, puesto que Einsa Print quiere abonar las cantidades en dos plazos. Algo que el personal no está dispuesto a asumir como tampoco asumirá cuantías que no sean equivalentes a reconocer un despido improcedente.
Además, la central trasladó su desconfianza sobre las garantías ofrecidas por la empresa para el abono del segundo plazo de las indemnizaciones “que nada más que vincula a la venta de la nave de Penapurreira”
En este contexto, la CIG reiteró que no existen causas para este ERE, que es igual que el aplicado en 2023, en el marco del que se firmó un compromiso de mantenimiento del empleo hasta diciembre de 2026 que no está cumpliendo. Por eso, Vidal ya avanzó que la central impugnará el ERE, en el caso de Einsa Print ejecutar los despidos.
En la víspera de la reunión, el miércoles, los trabajadores y las trabajadoras protagonizaron un cierre en el salón de plenos del Ayuntamiento de las Pontes para manifestar el desacuerdo con la medida de la empresa y defender su derecho a un empleo digno. No marco de esta acción, mantuvieron un encuentro con el alcalde del municipio para que les había trasladado que información tiene alrededor de posibles actividades que se instalen en las naves y terrenos que Einsa ocupa en el Polígono de Penapurreira, ya que las pretensiones de la empresa apuntan a un cambio de actividad y a dar un “pelotazo” en un ayuntamiento falto de suelo industrial.
En este sentido, reclamaron una apuesta por el futuro del empleo y la industria en la localidad, toda vez que más allá de los múltiples anuncios y de la propaganda no existe ni un solo proyecto en marcha que garantice una transición realmente justa. Precisamente Einsa Print fue la primera empresa que se instaló en el polígono al amparo del plan de desarrollo tras lo cierre de la mina y era a compañía que mayor volumen de puestos de trabajo directos generaba, después de la central térmica.