Las bandas de música: tradición y futuro de la cultura gallega

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Galicia cuenta, desde el siglo XIX, con cientos de bandas de música popular que desempeñan un papel fundamental en la difusión de la cultura tradicional y en la creación de lazos que unen generaciones a través de la música
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28 Sep 2025

En Galicia existen hoy en día cientos de bandas de música tradicional que, desde el siglo XIX, vienen desempeñando un papel esencial en la difusión de la cultura popular, dentro y fuera de la comunidad. Este tipo de agrupaciones no solo proyectan el folclore gallego más allá de nuestras fronteras, sino que también cumplen una función social, creando lazos entre generaciones a través de la música y de la tradición, al tiempo que actúan como verdaderas embajadoras culturales de los municipios a los que representan.

Las primeras agrupaciones surgieron en el siglo XIX, inspiradas en las bandas militares. Muchos directores y músicos formados en ese ámbito encontraron en estas formaciones civiles un espacio donde continuar su práctica musical y abrir nuevas oportunidades profesionales. Desde entonces, Galicia vio nacer cientos de bandas que hoy siguen enriqueciendo su patrimonio cultural y que se expanden por todo el territorio.

REFERENTES HISTÓRICOS

Entre todas, la Banda Artística de Merza, fundada en 1828, está reconocida como la más antigua de Galicia. Su historia, marcada por divisiones y posteriores reunificaciones, la consolidó como un símbolo de la música popular gallega. A lo largo de su trayectoria, actuó en Europa y América, cuenta con más de veinte premios internacionales y, desde los años setenta, mantiene una escuela de música que continúa formando nuevas generaciones.

Por este título de banda más antigua de Galicia compite también A Lira de Ribadavia que, aunque el primer documento oficial que acredita su existencia es del año 1840, existen registros previos de comienzos de 1800 que dejan entrever su presencia. Su historia, al igual que la de otras muchas agrupaciones, estuvo atravesada por tensiones que acabaron dividiendo la formación hasta su reunificación en 1894. Desde entonces, acumuló una decena de premios en certámenes nacionales e internacionales y sigue siendo un pilar cultural en la comarca, convirtiendo a Ribadavia en un referente de la cultura popular de bandas en toda Galicia.

La siguiente en surgir fue la Banda Municipal de Santiago de Compostela, creada en 1848 y profesionalizada en 1876, que marcó época con sus conciertos de paseo en la Alameda y en la Rúa do Vilar.

Por su parte, la Banda Municipal de Celanova, fundada en 1853, también está considerada una de las más antiguas de Galicia y, a lo largo de su historia, se consolidó como una institución clave en la vida cultural de la villa, desarrollando una importante labor educativa y fomentando la cultura y la música tradicional entre los más pequeños.

También centenaria es la Banda de Música de Ortigueira, creada en 1860 por Florentino Castiñeiras, organista de la Iglesia de Santa Marta. Tras años de altibajos, la banda llegó a desaparecer en 1960 y no resurgió hasta 1992, bajo la batuta de Francisco Aliaga. Sin embargo, la banda tal y como la conocemos renació oficialmente en 2005, tras la unión de la Banda Escuela de Música de Ortigueira y la Banda Cultural. Hoy es una de las más reconocidas del territorio y alcanzó, a lo largo de su historia, un gran prestigio internacional.

LUGO, TIERRA DE BANDAS

También durante el siglo XIX la provincia de Lugo representó uno de los escenarios más fértiles para este fenómeno cultural. Allí nació en 1865 la Banda de Música de Chantada, fundada por los hermanos Fernández, conocidos como Os Ferraias, autores de la conocida Muiñeira de Chantada. Desde entonces, pese a algunos altibajos en los años 70, la formación logró mantener una trayectoria de más de siglo y medio, marcada por su capacidad de adaptación y por una intensa labor educativa y comunitaria, que hoy en día continúa.

Poco tiempo después, en 1869, surgió la Banda de Música de Sober, gracias a la iniciativa de Casimiro Pérez López, conocido como O Chá, que comenzó a reunir a varios músicos de la zona. Tras atravesar etapas de crisis, se consolidó definitivamente en 1975 con la creación de su escuela de música, que hoy cuenta con más de un centenar de alumnos.

Un año después, en 1870, en la parroquia de Farbán, nació la Banda de Música de Sarria como una agrupación de carácter lúdico para poner música a las fiestas de la comarca de Sarria y después en las distintas casas del pueblo. En la actualidad, sigue siendo un motor cultural de la villa, con más de 60 integrantes y una escuela de música activa, que cuenta con alrededor de 250 alumnos, entre los que destacan los pequeños, que pueden cursar ‘Estimulación musical temprana’ a partir de 6 meses, una iniciativa que tuvo muy buena aceptación. Pero la mayor parte del alumnado de la escuela está formada por niños y niñas de entre 6 meses y 10 años, aunque también existen aulas de adultos, que acogen a personas de hasta 70 años. Además, la Banda de Música de Sarria cuenta con una formación bastante clásica, con instrumentos de viento y percusión, como violonchelos, oboes, flautas, clarinetes, trombones, trompetas, contrabajo, piano, bajo eléctrico y batería.

NUEVAS AGRUPACIONES

Si el siglo XIX fue el punto de partida, el XX supuso la auténtica explosión del movimiento, especialmente en sus últimas décadas. En aquellos años, tras superar una época oscura y de estancamiento del movimiento durante la Guerra Civil, nacieron un gran número de agrupaciones municipales y comarcales, como la Banda Sinfónica Municipal de Ribadeo o las de Ordes, Brión, Bueu, Teo, Cambre y Cedeira, consolidando a las bandas como una parte imprescindible de la vida comunitaria, especialmente en el rural.

Ese florecimiento continúa hoy con nuevas iniciativas que buscan renovar y actualizar la tradición. Un ejemplo es la Escuela y Banda Municipal de Música Sons e Soños, un proyecto que une a los municipios de Rábade, Begonte, Outeiro de Rei y Friol, surgido en 2007. La banda nació con apenas una decena de alumnos y un único profesor, Armando Morales, que hoy ejerce como director. Muy pronto, gracias al trabajo de sus miembros, la agrupación se consolidó como motor cultural de la comarca, apoyada también por el esfuerzo conjunto de los municipios participantes, por el compromiso del profesorado y por el respaldo constante de la Asociación Músico Crisanto, presidida por Pablo Rábade.

En la actualidad cuenta con cerca de 300 alumnos y 26 profesores, y dio lugar a formaciones tan diversas como la Murajazz Big Band, su versión juvenil, grupos de pandereteiras, la Banda de Gaitas Sons da Chaira, un coro y la propia Banda Sons e Soños. Su primer ensayo tuvo lugar en junio de 2011 y, apenas seis meses después, ya ofrecía su concierto inaugural. Desde entonces mantiene una actividad constante y en los últimos años actuó en escenarios como el Lugo Music Festival, en Tenerife o en la emblemática Praza das Praterías de Santiago.

En este panorama reciente destaca también la Banda Filarmónica de Lugo, creada en 2013 por el director Iván Martínez Sabio junto a músicos vinculados a la Sociedad Filarmónica y al Conservatorio Xoán Montes. Desde sus inicios, la banda organizó cursos de dirección y grabó un disco que la consolidó en el ámbito regional.

Otro de los ejemplos más recientes del resurgir de la música tradicional es la Banda de Música Santádega de Coles, fundada en 2008 por el pianista Luis Humberto Cao. Con más de sesenta músicos, obtuvo reconocimientos en certámenes de la Federación Gallega de Bandas de Música Populares, incluyendo primeros premios en 2019 y 2022, y mantiene una actividad constante en Galicia y Castilla y León, participando en festivales de bandas y llevando su música a las fiestas patronales del municipio y de su entorno. En sus 17 años de historia está ya bien consolidada como una de las más relevantes del territorio y jugó un papel fundamental en la recuperación de la tradición de este municipio, que llegó a contar con hasta ocho bandas.

De la misma manera, la Banda de la Escuela de Música Municipal de Vilaboa, nacida en 2015, se ha consolidado en sus diez años de historia como una de las formaciones juveniles más activas de Galicia. La banda fue creada para dar continuidad a la formación de alumnos de viento, percusión y cuerda, pero pronto pasó a ser un referente cultural del municipio, participando en distintos eventos y festivales, y logrando el segundo premio en el XIII Certamen Gallego de Bandas de Música en la categoría infantil.

En la misma línea renovadora destaca la Banda de Música de la Comarca de Sarria, nacida en el verano de 2023 y que, al igual que Sons e Soños, tiene vocación intermunicipal. El proyecto reúne, bajo una única dirección, a músicos de Láncara, O Incio, Paradela, O Páramo, Samos, Sarria y Triacastela. La iniciativa, que nació con la clara vocación de enriquecer la vida cultural de la zona y mantener viva la tradición, no tardó en consolidarse. Su primer concierto coincidió con la festividad de Santa Cecilia, en noviembre de 2023 y, apenas un año después de su nacimiento, en julio de 2024, impulsó el Festival de Bandas de la Comarca de Sarria, convirtiéndose en un espacio de colaboración intergeneracional e intercambio cultural.

Su creación es la demostración de que, aún hoy, las bandas de música juegan un papel fundamental en la vida comunitaria, especialmente en los núcleos rurales, animando fiestas y verbenas y manteniendo viva la tradición musical popular en todo el territorio.

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