“Las historias y los personajes son reales casi al cien por cien”

LugoXa | TerraChaXa
El lucense Jordi Cicely acaba de publicar 'El verano que volvió Sherezade', la segunda novela de la trilogía que tiene prevista sobre diferentes trastornos
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14 Dec 2025

Háblenos de lo que encontraremos en El verano que volvió Sherezade.

La historia de Sherezade es una historia de verano con recuerdos nostálgicos, iluminados con mucha luz, y que en esta ocasión se transforman en una segunda oportunidad de volver a vivirlos. Pero, como todo verano, también trae nubes grises; en este caso, el tema del TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) que padece el protagonista, mi alter ego, y que yo mismo padecí durante muchos años. Habla también de cómo las imágenes idealizadas del pasado nos juegan malas pasadas, como ocurre con los amigos y amigas que la vida fue separando y que, al volver a verlos, descubres que ya no compartes nada.

¿Cuánto tiempo le llevó escribirla?

Me llevó tres años largos. Soy un escritor que tarda mucho en escribir; solo lo hago cuando tengo inspiración, como una ansiedad creativa. Cuando aparece, me pongo a escribir, y luego, tras iniciar esa emoción, la cosa me acompaña durante un tiempo y no paro. Después vuelvo a dejarlo. Así escribo yo: por impulsos. Por esa razón tardo tanto. Además, los temas que trato son muy intensos, emocionales, y a veces me produce bastante dolor y no estoy preparado para escribirlos. Soy una persona muy proteccionista, casi enfermiza, aunque esto conseguí atajarlo con terapia y ahora no me exijo tanto. A veces tardo más en cambiar, corregir y decidirme a enviar el manuscrito a la editorial que en escribirlo.

Háblenos un poco de lo que encontraremos en esta obra.

Intenté hacer un cuento de verano al estilo de la Nouvelle Vague francesa de Rohmer, inspirado en filmes como La coleccionista, Pauline en la playa o Cuento de verano, y creo que lo conseguí. Además, hay temas con tintes grises, como el TOC, las decepciones, la obsesión, la incertidumbre… Todo esto pasó por mi cabeza en una etapa de mi vida y quise plasmarlo así. Luego también hay otras cosas más dulces, como la luz, la pasión, la ilusión, los reencuentros, el descubrimiento de una persona. Esta historia es un viaje interior de alguien que estuvo muy mal y que ahora, por primera vez, sale al exterior a respirar esa brisa suave que siempre estuvo ahí pero que no podía sentir. Es un retorno a la vida que se escapó entre las manos por una decepción sentimental y que, gracias a la aparición de una figura llamada Sherezade, ahora puede comprobar cómo está.

¿Está ambientada en Friol? ¿Por qué esta localidad?

Siempre quise hacer una historia de mi pueblo. Además, la mayor parte de los recuerdos de un verano en el río, paseando en bicicleta, con los amigos y amigas de aquí para allá, están ahí. Son imágenes de aquellos dulces años noventa, donde la música invadía nuestras vidas de adolescentes y no había otra preocupación. Un regreso a la inocencia en estado puro. Esta imagen bonita y nostálgica es lo que es para mí mi pueblo de Bedús (San Pedro de Vilalbite). Sherezade reúne todas estas emociones porque también es Friol. Pero cuando se habla de sexo, pasión y fiesta, eso no ocurrió en Friol. Éramos muy aburridos, a veces pienso que demasiado para la edad que teníamos. Esta parte más adulta la saco de mis vivencias en Ribadeo, con otra pandilla más interesante, que me aportaba más en todos esos ámbitos. Luego las fiestas allí eran tremendas; creo que nunca podré contar todo lo que pasó en ellas, lo que vivimos… Tengo que decir que con los colegas de Friol mantengo amistad; los demás no me interesan para nada. Yo pasé a otro estilo de vida y se quedaron atrás. Por el contrario, con los de Ribadeo es totalmente distinto: siempre me aportan algo nuevo, y eso lo agradezco. Me encanta estar con ellos. Con ellos perdí la inocencia.

La primera novela publicada, Marianela envenena mis sueños, ¿qué tienen en común?

Mariela es una historia oscura, llena de intranquilidad, nerviosismo, con una ansiedad exagerada; el protagonista no disfruta la vida que tiene delante porque el dolor por la marcha de Mariela es enorme. Por el contrario, Sherezade es una historia luminosa, tranquila por momentos, en la que se presenta una nueva oportunidad delante del protagonista, la luz al final del túnel. En ambas historias lo parecido está en los distintos trastornos mentales que sufre el protagonista: en los dos libros arrastra un problema mental; en el primero, la ansiedad, la hipocondría y el apego; en el segundo, el TOC, y tiene que luchar y convivir con él. Me gusta que en las dos novelas el hilo de unión sea el dolor que dejó la marcha de una pareja; es un tema ideal para contar varios trastornos, en lugares distintos y con personas diferentes, sin perder la conexión.

¿Dónde se están vendiendo y qué aceptación tienen las dos?

Está siendo tremendo. Puedo contarte que cuando estaba a punto de salir publicada El verano que volvió Sherezade tenía miedo porque Mariela envenena mis sueños fue un exitazo tremendo en Galicia. Pero ahora, con el paso de las semanas, creo que Mariela va a quedar pequeña al lado de Sherezade. Creo que esto ocurre porque con la primera novela abrí muchas puertas y ahora con la segunda había una expectación que se confirmó tanto en buenas críticas como en grandes ventas. Es curioso porque ahora se está volviendo a vender Mariela envenena mis sueños, y creo que se consiguió esto porque, aunque no es una continuación, sí están conectadas.

¿De qué se nutre para crear los personajes y las historias?

Me gusta esta pregunta. Mis historias son reales casi al 100 % y los personajes que aparecen en ellas también. Está claro que luego cambio los nombres para que no sean reconocidos; así hacía Jack Kerouac, mi gran ídolo literario, y así hago yo también. La gente que lee tanto mis relatos como mis novelas pensará que estoy exagerando, pero poco lo hago, no me hace falta. Tuve una vida emocional muy intensa, creo que debido a mi trastorno de ansiedad, que me fue llevando por caminos hacia gente muy especial y, a veces, rara, y que ahora quiero mostrar. Lamentablemente, cuando estaba mal tenía relaciones tóxicas. Ahora mi vida es muy tranquila en cuanto a emociones, era lo que buscaba durante todo este tiempo. De la vida de ahora no tendría nada que contar, y lo agradezco. Sigo haciendo cosas que me encantan: compro discos, voy a conciertos, viajo mucho, escribo, hago deporte… Todo eso está ahí.

¿Tiene algún perfil autobiográfico?

En mis novelas todos son perfiles autobiográficos, incluso los más oscuros e inquietantes. Lamentablemente, por mi vida pasó gente así, que al final conseguí derrotar. Hubo personas que me dejaron, que se marcharon, y aunque en un principio dolió, al final saqué algo bueno. Creo que no sabría escribir sobre alguien que no pasó por mi vida. Las personas me marcan o no para contar algo de ellas. Pero es curioso: siempre se quedan en esas hojas, de ahí no salen. Realmente tengo mucha suerte de ser un escritor realista emocional y saber diferenciar lo que quiero que esté en mi vida y lo que no. Y cuando digo esto me refiero a perfiles como Mariela, Sherezade o la protagonista de mi relato Me fui.

Aunque tardó en publicar, lleva toda su vida dedicado a las historias. ¿Cómo es esto?

Apareció en el momento en el que tenía que aparecer. Siempre dije que soy escritor porque fui a vivir a Londres, y el aeropuerto de Gatwick, donde trabajaba, fue el punto de inflexión más grande que padecí. Estaba en el lugar en el que quería estar, donde siempre quise, que era la capital británica. Fue el momento emocional más grande de mi vida. Tenía que ser ahí donde empezase todo, y así ocurrió. Aunque comencé a escribir con mi primera crisis de ansiedad, con 27 años, fue años más tarde cuando decidí hacer de la escritura una parte importante de mi vida: sacar afuera todas esas cosas que me habían hecho daño y que muchas veces tenía escritas y guardadas en un cajón. Sentía que el proceso de la escritura como terapia necesitaba mostrarse y, quién sabe, tal vez podía ayudar a alguien. También ayudó que comencé a ganar varios certámenes literarios con mis relatos, a tener mucha repercusión en internet, y eso me animó a seguir escribiendo y expresándome. Era una catarsis emocional.

¿Ya hay en la cabeza una tercera historia?

Cuando comencé, quise que fuesen tres libros con tres trastornos mentales y que las protagonistas fuesen tres chicas distintas en lugares diferentes, pero todas con el nexo común de la marcha de Mariela. Creo que la que falta será la mejor de todas en cuanto a emociones y, sin duda, la que más me impacienta comenzar ahora que las dos anteriores fueron un gran éxito literario. Realmente la tengo muy pensada y eso me anima mucho a empezarla.

Como escritor, ¿cómo se definiría?

Siempre quise ser un escritor con una gran influencia de la Beat Generation, con historias reales, desnudas y directas, contadas de la misma manera que hacía Jack Kerouac. Así que me defino como un escritor de historias intensas, y así quiero que se me recuerde siempre.

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