Mondoñedo: Ruta da auga

Comienza la ruta del agua en la Fonte Vella, construida en 1548 por orden del obispo Diego de Soto. Esta preciosa fuente resolvió los problemas de abastecimiento público de agua en la villa, ya que aprovechaba diversos manantiales, proporcionando agua todo el año. Un gran arco abovedado y escalinatas, constituyen su principal característica, contando con inscripciones alusivas al tiempo de su fundación, así como el escudo imperial de Carlos V, y otros relativos a la estirpe del obispo fundador.

Álvaro Cunqueiro, cuya casa natal se encuentra frente a la fuente, escribió sobre ella: “Se viniera a las fiestas de San Lucas un perfumista de París yo le llevaría a la Fonte Vella, para que aspirara lentamente el aroma a hierba recientemente cortada, y partiendo de él inventara un perfume de otoño...”
Después del inicio en la Fonte Vella, ascendiera por calles empedradas hacia un camino con la ruta señalizada a la izquierda y que nos muestra desde las alturas hermosas panorámicas sobre las torres de la catedral y el casco antiguo de la villa de Mondoñedo. La ruta continúa, acercándose al río Valiñadares y pasando por aldeas como la de Supena, que conservan su arquitectura tradicional y que forman parte de un paisaje campo-ganadera que se está perdiendo, y también por bosques autóctonos en los que crecen árboles diversos como el roble, el avellano o el acebo, acosados por las plantaciones de eucalipto.
Pasando Supena, donde se encuentra la emblemática fuente de los Montañeros Celtas, si se desea se podrá seguir ascendiendo hasta llegar a la cueva que fue descubierta al mundo científico por José Villaamil y Castro, que en el 1873 publica su primer plano. Las cuevas kársticas son formaciones escasas en Galicia y en ellas la acción del agua filtrada de la superficie - que en este caso acaba formando el río Celtas - a lo largo de millones de años fue diluyendo las calizas y dando origen a corredores, galerías, salas y formaciones de una belleza y espectacularidad inolvidable: estalactitas, estalagmitas, coladas, columnas, banderas, gours, excéntricas...

No pasado probablemente estuvo habitada, ya que se encontraron restos humanos datados a finales del Paleolítico Superior y una punta de flecha tallada en sílex.
Desde Supena descenderemos cara El Barral por un tramo asfaltado, y después siguiendo el camino señalizado bajaremos por el pendiente sendero de las Siete vueltas. Llegamos así al pie del Salto de Coro, una hermosa cascada, que tras caer unos 10 m por una pared de esquistos forma un charco en un fantástico paraje, rodeada de abundante vegetación de ribera.
El camino seguirá bajando por las escaleras hasta conectar con el río Valiñadares y siguiendo el río, llegaremos al Barrio de Os Muíños, formado por canales de agua que la conducían a varios molinos hoy sin uso. Desde aquí continúa hasta el final de la ruta, en la plaza de la Catedral de Mondoñedo.