Reportaje: San Cosme da Montaña
Por Miriam Fernández
Hablar de espiritualidad y romerías en Galicia es hablar de parte fundamental de las raíces de nuestra cultura popular. Cuando pensamos en las romerías inevitablemente nos ven a la mente las procesiones, los bailes, las velas y los exvotos, las varas de rosquillas, las bendiciones; conceptos que se funden en una simbiosis entre religión y ocio que sigue manteniéndose muy viva en el tiempo a pesar de los cambios de la vida moderna.
El San Cosme da Montaña, conocido también como San Cosme de Galgao, es uno de los más conocidos santuarios romeros de la Llana, situado en el barrio de la Retama, feligresía de Galgao, Ayuntamiento de Abadín. Las peregrinaciones al San Cosme remontara más allá de un siglo, una romería que a día de hoy sigue uniendo geográfica y espiritualmente a las gentes de la Explanada y de la Mariña, pues su situación colindante generó un fuerte sentimiento entre ambas comarcas.
Las antiguas crónicas apuntan que el origen del santuario y la veneración de San Cosme en esta parroquia se remontan al siglo X, aunque en una ubicación distinta a la que ocupa el actual edificio, concretamente en el monte del lugar de Samordás. Algunas de las versiones extendidas afirmaban que el edificio primitivo era pequeño y el acceso a él se tornaba complicado para los romeros, poniendo la prueba su resistencia. Su tamaño también impedía que todos los fieles que llegaban hasta el lugar pudieran escuchar la misa, hecho que supuestamente motivaría el párroco a cambiar la ubicación del santuario a un espacio mayor y más accesible.
A partir de este momento las historias y leyendas #local apuntan que el San Cosme comenzó a desaparecer de la pequeña ermita para más tarde aparecer lo lugar que ocupa el santuario actual, más hermoso y adecuado para él y sus fieles, un milagro que convenció también al pueblo de su traslado por tratarse del “deseo expreso del propio Santo”. Una vez construida la nueva capilla y reubicado el santo, parece ser que la imagen comenzó de nuevo con sus viajes, esta vez de retorno a la pequeña capilla original. La gente, preocupada por este nuevo fenómeno, comenzó a pensar que el Santo no se acostumbraba a la nueva ubicación y que no se debía obligarlo a permanecer en ella, más, finalmente, se descubrió que el nuevo milagro tenía que ver directamente con la oposición de uno de los vecinos al traslado de la sed romera. Otra de las hipótesis sobre esta historia afirma que el que ocurrió realmente fue que la la capilla y el Santo se reubicaron en otro lugar de la parroquia segundo los deseos de varias familias de bueno estatus económico con la aprobación y apoyo del clero. Parte de verdad o de leyenda, el nuevo santuario del San Cosme se inauguró oficialmente el un 25 de septiembre de 1925 lo lugar de la Retama.
En cuanto a la estructura de este santuario, podemos decir que se trata de una sencilla construcción religiosa de estilo rural o popular, una estética muy común para las iglesias y capillas de muchas aldeas gallegas. Presenta una planta de cruz latina de un solo cuerpo o nave con crucero elevado, con un anexo de dos pisos en la cabecera a manera de sacristía. La cubierta es de loseta, tal y como marca la tradición constructiva de la zona, la dos aguas en la nave longitudinal y transepto, cuatro en el crucero y tres para la sacristía. Los paramentos internos y externos, realizados en mampostería, están caleados, reservando la cantería para los elementos estructurales y decorativos (arcos, pilares, ventas, zócalos, puertas, pináculos, etc.), así como para el campanario y las cornisas de la fachada principal, en la cual se abre una hermosa puerta de arco ojival que se repite, en menor tamaño, en uno de los paramentos laterales. En su interior encontramos diferentes imágenes, San Cosme, la Virgen del Rosario, San Martín, San Antonio de Padua, Santa María Magdalena, Santo Domingo de Guzmán, San Damián, etc. En el brazo derecho del transepto existe un curioso orificio con tapa a manera de mendigo que nos permite ver directamente las imágenes de los santos médicos, San Cosme y San Damián, la cada lado de la Virgen.
La romería del San Cosme de la montaña tiene lugar cada 27 de septiembre, jornada en la que desde bien temprano comienzan a llegar los romeros y devotos para escuchar misa, oir el santo, andar la procesión, prender las candelas y depositar los exvotos de cera vinculados a las rogativas y peticiones al santo (también a San Damián) por la salud de los enfermos, el buen parto de las embarazadas, por el trabajo y por la salud de los animales. Hace ya más de una década también era tradición celebrar la festividad de S.Damián el 26 de septiembre, ritual en el que se bendecía el ganado y participaba en la procesión.
Como ya se mencionó, el San Cosme da Montaña fue un Santo y una romería muy querida tanto por los chairegos como por los mariñanos a la que acudía cientos de devotos de toda clase e incluso de había sido de estas comarcas. Hasta el novelista, poeta y dramaturgo mindoniense Álvaro Cunqueiro mostraba un especial cariño cara Galgao y el Sano Cosme de la Montaña, pues recordaba que había sido ofrecido de niño con una cabeza de cera en la mano al Sano Cosme y al Sano Damián, ya que s sus país estaban preocupados por su incapacidad para ganar peso. Esta vinculación haría que Cunqueiro continuara acudiendo de adulto, además de las múltiples referencias de los santos nos sus textos, a los que mismo les atribuía la concesión de su capacidad para la creación y la fantasía.