La Feria del Ferro de Riotorto no decepcionó un año más

El corazón del hierro volvió a latir con fuerza en Riotorto, que se convirtió, una vez más, en un homenaje vivo a los herreros y a su arte ancestral. La Feria del Ferro, que cada año se celebra con mayor intensidad, transformó la villa en un escenario de fuego, forja y memoria, donde cientos de personas se acercaron para descubrir –o redescubrir– un oficio que forma parte del ADN cultural y económico de esta tierra.
Durante toda la jornada, las calles se llenaron de visitantes que siguieron con entusiasmo las demostraciones de forja en vivo y los puestos artesanales. La presencia de reconocidos herreros, tanto gallegos como de otros puntos de España, sirvió para mostrar no solo la maestría del oficio, sino también su capacidad de adaptación a los tiempos modernos. Los asistentes pudieron admirar como el pasado y el presente se entrelazan entre chispas y martillos. Entre ellos estaban Manuel Alonso, Agustín Iglesias, José María Cabo, Óscar Villada y Amando González, además de artesanos del hierro de O Corgo, Compostela, Culleredo o Navarra y Alcalá de Henares.
La conselleira del Medio Rural, María José Gómez, acudió a la cita acompañada por el alcalde Clemente Iglesias, representantes del BNG y de la Diputación, de la mano de Iria Castro y Daniel García. Gómez destacó la importancia de preservar este tipo de eventos como motores de identidad y dinamización territorial.
Daniel García e Iria Castro valoraron “el trabajo realizado por la Asociación para la Promoción Social de los Herreros de Riotorto en la organización de la feria, que demuestra el potencial que la tradición del hierro tiene como motor para la dinamización económica, social y cultural del
ayuntamiento”
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue la lectura del pregón a cargo del filólogo Bieito Fernández Salado, hijo de herrero, que evocó con una honda carga simbólica la vida entre bigornas y carbón, y reivindicó el valor humano y cultural de esta profesión.
En este marco, en el último año, la Asociación Para la Promoción Social de los Herreros de Riotorto desarrolló dos investigaciones, coordinadas por Xose M Salado, que ahondan en el conocimiento y documentación de la tradición del hierro en Riotorto. Una de ellas está centrada en la recogida y catalogación de herramientas y técnicas del oficio, permitió reunir más de 250 piezas, entre distintos tipos de herramientas, junto a documentos antiguos y fotografías relacionados con el hierro.

Los materiales fueron descritos e identificados, atendiendo a la procedencia en cada caso concreto, al herrero y la casa de origen, que por lo general constituye una saga familiar, ya que en muchos casos el oficio proveen de padres, abuelos y, hasta donde la memoria permite llegar, bisabuelos.
El segundo trabajo se centró en la recogida de noticias orales y documentación sobre un escoiral situado a lo largo del cauce del Rego de Ferreiravella, a lo que se atribuye una extensión de más de un kilómetro. Del yacimiento se llevaron a altos hornos de Trubia (Asturias) y Euskadi miles de toneladas de las @escoura ricas en hierro. Diversos documentos acreditan que los propietarios del terreno percibían 25 pesetas por tonelada métrica.
No marco de la feria también se puso el foco en el estudio y documentación de la tradición herrera, gracias a la labor del investigador Xosé María Salado, coordinado por la dicha asociación. Esta línea de trabajo subraya que el futuro del hierro pasa tanto por la forja como por la investigación y la memoria.
La feria fue, así, mucho más que un evento festivo: fue una declaración de principios. Riotorto reafirmó su compromiso con el pasado, pero también con la innovación y la continuidad. Porque, como se demostró en esta edición, el hierro sigue caliente, vivo y con futuro.